A partir de mayo de 2015 se empezaron a reformar las casas de Gossalba para convertirlas en agroturismo.
El aspecto exterior se mantuvo en lo esencial y las paredes maestras siguieron siendo las mismas.
Lo que más trabajo llevó fue rehacer los tejados, pero valió la pena. También fue muy laborioso todo lo que tenía que ver con instalaciones porque las normativas turísticas y de seguridad actuales son, y es de agradecer, muy exigentes.
En cuanto a la energía, se dotó a la finca de suministro eléctrico y de una caldera mixta de leña y pellets como fuente renovable.
La reforma fue posible, entre mucha más gente que no citamos, gracias al arquitecto Sencho Peña Velázquez, al maestro de obras Pedro Fernández Navarro, al ingeniero Bernat Jaume Ureña y al artista Jaume Moner Vasallo, todos ellos coordinados asistemáticament epor el propietario Josep Bestard Porcel.